Cuando el sábado 27 de agosto de 1857 inauguraba sus servicios el Ferrocarril del Oeste
de Buenos Aires se ponía también en marcha la primera red telegráfica
del país tendida por la compañía con objeto de ayudar al servicio
ferroviario.
El 15 de septiembre de 1858 se recibía en Buenos Aires una propuesta de la Sociedad Internacional de Telegrafía Eléctrica para que el Estado de Buenos Aires permitiera el tendido en su territorio.
El gobierno cedería los terrenos necesarios, donaría tierras para su explotación agropecuaria, eximiría del pago de
derechos de Aduana, autorizaría el talado de los árboles necesarios para
los postes, concesionaría el uso de la línea por 99 años impidiendo el
tendido de líneas paralelas a menos de 20 leguas, y garantizaría una
ganancia anual de 25.000 francos (un 5% de la inversión necesaria para
unir el Estado a la gigantesca red). A cambio, la Sociedad construiría
la línea asumiendo costos y riesgos, concedería al estado el 5% de las
entradas brutas de la línea bonaerense y daría prioridad a los despachos
oficiales. Se comprometía, finalmente, a iniciar los trabajos en un
plazo de dos años de la firma del decreto y terminarlos en otros dos.
El 11 de abril de 1860 al inaugurarse el tramo Merlo-Moreno
del Ferrocarril del Oeste comenzaba a funcionar la primera línea
pública de la Argentina, tendida paralelamente a las vías desde Buenos
Aires por el gobierno provincial. La empresa alemana Siemens & Halske suministró el telégrafo utilizado. Los hilos se extendían a la vera de los rieles.
En
un principio el ferrocarril utilizó los servicios del telégrafo para
dar vía libre a los trenes por medio de las conexiones telegráficas
entre estaciones. Cada estación ferroviaria que poseía un aparato telegráfia tenía un
código de llamada telegráfica que consistía en una sigla que podía
contar con una, dos o tres letras que las caracterizaban y eran
distintas entre sí.
Usando
el telégrafo se transmitían las órdenes de servicio, se comunicaban los
cambios de horarios de circulación de trenes o modificaciones
tarifarias. Además, el telégrafo cumplía funciones sociales
retransmitiendo mensajes para el Correo Oficial, como así también
telegramas.
Durante muchos años se transmitieron por telégrafo los datos correspondientes a precipitaciones sucedidas en ciudades y pueblos de todo el país que contaban con aparato telegráfico en sus estaciones además de pluviómetro para registrar las lluvias.
Durante muchos años se transmitieron por telégrafo los datos correspondientes a precipitaciones sucedidas en ciudades y pueblos de todo el país que contaban con aparato telegráfico en sus estaciones además de pluviómetro para registrar las lluvias.
El Ferrocarril Roca estableció los siguientes códigos de llamadas telegráficas para las estaciones de su extensa red.
En 1894 el Poder
Ejecutivo Nacional decretó que debía marcarse una misma hora para todo
el territorio argentino. Quienes propusieron esta disposición alegaban que se necesitaba cronometrar el
territorio porque la sociedad debía organizarse en función de las
velocidades de las nuevas tecnologías del telégrafo y del ferrocarril. La sanción del
decreto de unificación horaria representó la creación de un
espacio nacional unificado temporalmente y calibrado de manera tal que
la comunicación entre La Quiaca y Buenos Aires pudiera realizarse en un
hipotético "tiempo común", para que la información, las mercancías y las
personas pudieran circular o intercambiarse a un ritmo acoplado,
predecible y conocido en la extensión de las redes de circulación
nacional.
Fuentes:
Libro "Con los rieles en el alma" de Raúl Francisco Guglielmi (ex ferroviario).
Itinerario de trenes generales Nº 8 del Ferrocarril Roca, vigente desde el 18 de diciembre de 1978.
Sitio en Internet:
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2006/12/05/opinión/OPIN-04.html
Wikipedia - Historia de la Telegrafía Argentina - y
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